Según un estudio, "la tasa de captación de clientes para el desayuno oscila entre el 60% y el 80% en función de la categoría del hotel" (fuente: Caoch Omium*). Y no nos equivoquemos, los huéspedes tienen grandes expectativas para esta primera comida del día.
Bebidas calientes y frías, cruasanes, huevos, bacon, yogur, tostadas: esto es lo mínimo que pueden ofrecer los profesionales. Los establecimientos más prestigiosos apuestan por el desayuno como una comida en sí misma, con una amplia gama de productos cocinados (tartas, tortitas, gofres, verduras a la plancha, carne y pescado, etc.) y productos delicatessen, especialmente té, café y mermeladas.
El desayuno es una excelente manera de destacar entre la multitud y dejar una buena impresión a los huéspedes que se marchan después. Algunos hoteleros apuestan por productos ecológicos, con mueslis de calidad y productos locales, y ofrecen alternativas para todas las dietas: vegetariana, sin gluten, etc. "Es un punto importante en las evaluaciones de los hoteles.
"Un punto importante en las valoraciones de tus clientes".
Sea cual sea el posicionamiento que elijas, la atención que prestas al desayuno refleja la calidad general de tu establecimiento. Es un elemento estratégico que puede fidelizar a tus clientes y, sobre todo, contribuir a tu imagen de marca.